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El hospital del futuro pre- COVID

“El Hospital del Futuro” (1) es un informe elaborado por la Sociedad Española de Medicina Interna para el Sistema Nacional de Salud (SNS) con la colaboración de la Fundación IMAS. Tenía como objetivo analizar las tendencias y cambios del entorno que influirían sobre las necesidades de asistencia sanitaria y, en relación con ésta, la estructura, procesos y estándares de la atención en el hospital general de agudos del SNS en el inmediato futuro.

Teniendo en cuenta este informe, relacionamos algunas de las predicciones que se hacían respecto al hospital del futuro, desde el punto de vista de la digitalización y las innovaciones tecnológicas.

Se decía en el informe que la incorporación de las nuevas tecnologías a la sanidad tendría, como en otros sectores, un carácter disruptivo, modificando radicalmente la forma de organizar y prestar servicios de asistencia sanitaria.

Además, el sistema sanitario, debía adaptarse a las demandas de una ciudadanía cada vez más interesada en participar y más exigente, nacida en la era digital. Se requería más interacción/ comunicación por medios electrónicos. Y para satisfacer estas necesidades era necesario que los profesionales desarrollaran competencias digitales.

 

Pero… ¡ya está aquí!

Antes de ser publicado dicho informe, llegó la pandemia y con ella la aceleración de la transformación en los hospitales.

Hemos presenciado como la mutación tan poderosa del entorno ha derribado las barreras preexistentes para la innovación. La transformación ha sido tan sustancial que se la puede considerar disruptiva al mutar completamente el paradigma anterior y obligar a reconsiderar las premisas y los modelos asistenciales hasta ahora vigentes.

Gran parte de las recomendaciones del “Hospital del Futuro” se han incorporado de manera natural y acelerada en los hospitales durante la pandemia.

En el cuidado directo de los pacientes ingresados se han implantado o ampliado iniciativas de digitalización o de telemedicina, mediante la telemonitorización en salas de hospitalización convencional, la obtención de electrocardiogramas con dispositivos reducidos fáciles de usar y esterilizar, y mediante teleasistencia, o consultas virtuales, para incrementar el número de visitas y reducir la exposición de los profesionales y el consumo de equipos de protección, así como llamadas con dispositivos móviles al paciente o a la familia.

La realización de la ecografía por parte de los clínicos a pie de cama se ha convertido en una herramienta esencial en el control evolutivo de la infección COVID-19 con afectación pulmonar. El control domiciliario de los pacientes con riesgo intermedio, no ingresados, se ha hecho en muchos centros con su participación activa y la ayuda de dispositivos de control asimétrico, videollamada y entrevistas estructuradas.

El alejamiento de los pacientes ambulatorios, de ésta y otras patologías, se ha solventado, en gran parte, con la recogida de muestras en dispositivos especiales o en el domicilio, mediante la realización de consultas virtuales telefónicas cuando se podía tener un acceso remoto a la historia clínica electrónica completa, y con la entrega domiciliaria de la medicación de uso hospitalario.

La geolocalización fue utilizada para el estudio de contactos y para asegurar el alejamiento poblacional, aunque a la larga ha sido de difícil aplicación debido al escepticismo de la ciudadanía.

En definitiva, las distintas modalidades de telemedicina y de la tecnología de comunicación han tenido una expansión exponencial. Podríamos decir que, en muchos aspectos, el hospital del futuro ya está aquí, lo ha traído la infección COVID-19.

Predicciones aún vigentes

Todavía queda mucho trabajo por hacer. Ahora es necesario reforzar el sistema sanitario en su conjunto y tenerlo preparado para afrontar de manera simultánea las posibles crisis sanitarias futuras por enfermedades.

El proceso que sigue habrá que hacerlo con prudencia, mediante la reflexión compartida en los hospitales, con atención primaria y con las autoridades sanitarias, estableciendo procedimientos normalizados de trabajo y normas reguladoras, con el reconocimiento debido de las actuaciones y nuevos roles profesionales, así como de las diversas modalidades asistenciales.

En cuanto a tecnología, podemos hablar de distintas predicciones en base a la evidencia actual.

- Como resultado de la aplicación de las innovaciones tecnológicas durante las intervenciones, tales como el intervencionismo endovascular o la cirugía laparoscópica y mínimamente invasiva, se reducirán las estancias en el hospital y las intervenciones serán cada vez más ambulatorias, llevando a una menor necesidad de camas de hospitalización convencional.

- Los monitores sencillos, pequeños y portátiles (también los “weareables”) serán los sustitutos de los monitores tradicionales. Los monitores podrán facilitar nuevos datos, incluyendo la vigilancia de la mejoría o empeoramiento de la salud del paciente debido a cambios en el estilo de vida, nuevos tratamientos, etc. Estos datos estarán disponibles para revisión y almacenamiento en las historias electrónicas, pudiendo ser automatizado como parte de la más amplia tendencia del “internet de las cosas” y la inteligencia artificial probablemente jugará un papel en la monitorización de estos datos y el desarrollo de alertas en pacientes de alto riesgo.

- La informática y la inteligencia artificial se alimentarán del manejo de grandes volúmenes de datos (“big data”), impulsando nuevas formas de gestión de la asistencia sanitaria. El análisis de grandes volúmenes de datos poblacionales permitirá asimismo identificar a pacientes de alto riesgo susceptibles de cribaje y adopción de medidas preventivas.

- Los sistemas informáticos de gestión, almacenamiento de imágenes y otros sistemas de datos clínicos tendrán un desarrollo para integrarlos fácilmente con la historia clínica electrónica. Mejorará la interoperabilidad de las historias clínicas electrónicas y la “usabilidad” por los clínicos.

- Los sistemas informáticos facilitarán la investigación colaborativa y la super especialización en red. Los departamentos de tecnología de la información (hospital y sistemas de salud) serán mucho mayores e interconectarán los distintos departamentos en sistemas integrados en el ámbito del sistema sanitario.

- El seguimiento de dispositivos implantados será realizado de forma remota vía web. La inteligencia artificial será utilizada para identificar a pacientes con necesidad de seguimiento presencial, reprogramación del dispositivo u otras actividades que requieran intervención humana.

La curva de incorporación de las ventajas de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) al SNS dependerá de la disponibilidad de recursos financieros y de la capacidad de cambio estructural y cultural del sistema, incluyendo la formación en nuevas competencias de los agentes de salud, además de la integración de otros perfiles profesionales “no sanitarios”.

Se deberían, por tanto, desarrollar potentes departamentos de sistemas de información y “digitalización” de la asistencia que trabajen en estrecha colaboración con los clínicos para que sirvan de soporte a la gestión clínica.

 

Referencias

(1) Sociedad Española de Medicina Interna. (2020, septiembre). El Hospital del Futuro (N.o 1). https://www.fesemi.org/sites/default/files/documentos/920.pdf

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