CON PERSPECTIVA Joan Grau i Sociats
Gestión, política y salud. Ingeniero.
En los últimos tiempos estamos asistiendo a una nueva proliferación de intercambios accionariales en las empresas propietarias de los centros sanitarios privados. La mayor parte de las empresas con una cierta tradición sanitaria están pasando a pertenecer a grupos de firmas de capital riesgo que crean conglomerados de mayor volumen.
Normalmente las actuaciones de este tipo de firmas suelen tener como finalidad obtener un beneficio en un período de tiempo no muy largo por la vía de reducir la competencia intergrupo (eliminando duplicidades), conseguir mejores conciertos (posición de oligopolio de oferta), situando el grupo en lugar destacado, para acabar vendiéndolo.
Lo curioso del caso es que esto no es nuevo en el mundo sanitario: En octubre de 1994 The Economist publicaba un artículo titulado “Esta semana Columbia/HCA ha pasado a ser la compañía sanitaria más grande del mundo… y aun quiere crecer”. En el artículo se leía que el día 4 de octubre este proveedor sanitario, fruto de un pacto entre dos grandes compañías pasaba a ser una empresa con ventas superiores a los 15 billones de dólares anuales. Esto volvía pequeños el HMO (Health Maintenance Organisation) más grande de América, Kaiser Permanente y una de las empresas farmacéuticas más importante, Merck.
Pocos años después Columbia apareció en Europa practicando, con más o menos éxito, el mismo sistema de crecimiento comprando algunos de los grupos sanitarios establecidos. Luego en USA se descubrió que el grupo realizaba alguna práctica no muy legal por la vía de doble facturación a mutuas y sanidad pública y esto les hundió. La filial europea cambió de nombre e intentó sobrevivir hasta hace pocos años, quedando como remanente alguno de los minigrupos que ahora se han visto envueltos en las operaciones de fusión previas a la creación del mayor grupo hospitalario privado de España.
Kaiser Permanente sigue siendo una HMO de prestigio que presta un servicio sanitario de calidad. El problema no es el intento de llegar a crear un gran grupo de hospitales privados, sino poner como objetivo de este grupo el beneficio económico, olvidando la misión asistencial de los centros sanitarios, el personal de estos centros que quiere hacer un buen trabajo y a los pacientes que deberían ser el destino de todos los esfuerzos del mundo sanitario.
Joan Grau i Sociats