CON PERSPECTIVA Joan Grau i Sociats
Gestión, política y salud. Ingeniero.
En 1982, anticipándose a lo que propondría la Ley General de Sanidad (LGS) de 1986, se produjo en España, el primer paso en la descentralización de la administración de la Sanidad, transfiriendo a la Comunidad Autónoma de Catalunya la gestión, prestación y administración del tema sanitario.
Aunque el axioma “peix al cove” que justificó, como en muchos otros casos, la aceptación de transferencias sin control absoluto de costes, inversiones y legislación adecuada, llevó a un perfecto galimatías de responsabilidades, decisiones y organización, no se puede negar que hubo una gran dosis de voluntariedad y entusiasmo por parte de los que nos pusimos a la obra para gestionar nuestra sanidad. Llegamos a implantar el entonces exitoso Modelo Sanitario Catalán. En los últimos años este modelo se ha visto deteriorado.
En 2018, se produce una oportunidad de afrontar ex Novo el reto de implantar un Modelo que lleve a lo que deberá ser la Medicina del futuro, aprovechando el nuevo entorno de progreso en investigación, informatización, empoderamiento del paciente, etc.
Es evidente que un motivo de plantear esta nueva implantación es sacar ventaja de la tremenda situación política. Sólo es necesario que los políticos entiendan que su trabajo consiste en hacer lo mejor para los ciudadanos al menor coste y sin pelearse por tonterías o por garantizar su posición como responsables de los buenos resultados. Simplemente, que acepten ponerse de acuerdo en que la Salud es básica para la población. Pero esto se ha demostrado insidiosamente difícil... o ¿IMPOSIBLE?
¿Por qué NO INTENTARLO?
Tal vez si se fijase un presupuesto per cápita para el apartado sanitario, parecido a la media europea y se dejase su administración a las Comunidades Autónomas, agrupando las más pequeñas de modo que la población justificase la existencia de Unidades de Explotación Rentables y se hiciese participar en las decisiones de diseño y organización a Sanitarios (médicos, enfermeras, técnicos y gestores), Pacientes y Expertos en sistemas de información, podríamos evitar que los políticos mantuviesen la Sanidad como un campo de batalla en el que han demostrado su incompetencia para obtener resultados.
En Catalunya existen ya sistemas de evaluación y control, como la Central de Cuentas y la Central de Resultados, para apoyar un método de distribución de presupuestos, de control y pagos.
La solución podría ser agrupar la población en unidades de entre 200.000 y 400.000 habitantes, reunidos por Centros de Atención Primaria, Centros de Urgencias y Tratamientos todos ellos relacionados con un Hospital de REFERENCIA a través de un sistema de información único (incluida historia clínica) y con protocolos de diagnóstico, tratamiento y control que se implantarían comenzando por los Grupos de Diagnóstico más prevalentes.
En algunos Hospitales y CAPs se ha demostrado la bondad del sistema: Grupo de Cáncer de mama del Clinic y áreas de primaria CAPSE. Precisamente un grupo de investigación centrado en el mismo tema está mostrando avances en el control de ésta enfermedad.Evidentemente los procesos de alta complejidad deberían de realizarse en Hospitales de tercer nivel. Pero unos presupuestos adecuados a la población y una buena y real coordinación en red y la implicación del paciente, podrían ofrecer una buena oportunidad de mejora.
Joan Grau i Sociats
Autor: Joan Grau i Sociats Fecha: 20/01/2018