Rafael Pardo
Quiero transmitiros que yo, que me he monitorizado, he buscado Apps, estoy dentro de un ensayo clínico, uso habitualmente herramientas telemáticas para acceder a servicios médicos y en los controles, y que considero muy cómoda la video-consulta, si el médico no me tiene que tocar; he aprendido las condiciones en que todo ello me funciona.
Lo primero de todo es decir que cuando nos sentimos bien, nos sentimos jóvenes, un poco superman. Y entonces vas a la revisión del permiso de conducir y el médico te dice: “Oiga, ¿ ya sabe usted que tiene la tensión muy alta?” Y es como si te hablaran en marciano. Haces la revisión médica en la empresa y confirmas que hay un hipertensión arterial, y descubres que has encontrado la criptonita.
Soy un paciente un poco sesgado por el hecho de ser consultor en salud. Cuando el médico me receta el tratamiento y me pide que anote los valores de mi tensión arterial, se activa mi alma consultor y pienso “no voy a ir a una superficie comercial a por una libreta”. Me puse a buscar Apps y seleccioné en su momento Microsoft Health World, que se trataba de una App “para todo” y que en el tema de protección de datos cumplía la normativa europea, pues los servidores estaban en Inglaterra, con el NHS. Y empecé a registrar mis datos con un tensiómetro que compré en una gran superficie.
Cada día me tomaba la tensión y anotaba los valores en la App manualmente. Con ello detecté dos cosas: el efecto “bata blanca”, cuando iba al médico los valores registrados subían, y que también lo hacían cuando aparecía mi madre.
Otro problema es pasar de no tomar ningún medicamento, a hacerlo de forma sistemática (el anti-hipertensivo), que cuesta, hasta que te acostumbras. Hipócrates decía hace 23 siglos que “los pacientes me engañan en la dosis de medicamento que toman”. Y esto, a mí al principio me pasaba.
Iba al médico y le enseñaba los valores y me decía “estás controlado”. Pero si vemos las gráficas comprimidas en el tiempo, quizás no estaba tan controlado como parecía. Así que me suscribí, hice una póliza con la aseguradora Sanitas, contraté el servicio Blua, que tenía la facilidad de las video-consultas que las podía hacer en cualquier parte, interesante para mi actividad como consultor, en que puedo estar en cualquier momento, en cualquier sitio. Como ya tenía el chip de paciente crónico, necesitaba poder tener acceso a mi médico de una manera razonable. Por ejemplo, anteayer hice una tele-consulta a mi médico, el Dr. Morcillo, desde las afueras de Vic.
El Dr. Morcillo llevaba a cabo un ensayo clínico que se llama “Salud conectada” y me reclutó como paciente. Sanitas quiere introducir en el futuro los pacientes con condiciones crónicas, y me dio acceso a una app y un wearable con el que tomarme la tensión. La app se conecta con estación de trabajo. Así, antes de cada visita, el medico sabe cómo tengo de controlada la tensión, solo con acceder a mi historial. El resultado fue que cuando hacia la toma manual la tensión tenia altibajos, mientras que con el nuevo sistema está bastante controlada, está bastante bien la pauta farmacológica, mantengo la misma. Mi percepción: tengo la tensión más controlada desde que se que estoy monitorizado.
Como consultor “friqui” quiero ir más allá en hábitos saludables y me introduzco en el mundo de los wearables y me compro uno: un reloj podómetro con registro de pulso. Y este wearable me salvó la vida. El pulso mínimo que marcaba el reloj era muy bajo (44). Al principio cuando lo vi pensé “hostia Rafa, eres Miguel Indurian o el wereable no debe ir bien”. Con un pulso máximo de 120 y una media 85 esto no era normal. Esto fue en agosto del año pasado y una persona que duerme conmigo unos días me dice: “ oye, ¿tu sabes que haces apneas del sueño?
Voy al médico me preparan la prueba y el pulsiómetro revela la que en algunos momentos estaba prácticamente en parada. Nos pusimos serios e hicimos pruebas más complejas. Con la saturación de oxígeno por debajo de 72 % y la frecuencia cardiaca a menos de 35, cada noche me moría un poquito. No tengo un físico que justifique las apneas, pero en un accidente de trabajo de 2005 me rompí los huesos de la nariz, y como resultado la nariz me quedó torcida. Me exploró un otorrino y determinó que tenía que operarme, sorprendido de que pudiera respirar bien.
Tras la intervención ya no hago apneas, el wereable me dice que el ritmo cardiaco está dentro de lo normal y la verdad es que muy satisfecho. Puede ser un caso de “amimenfuncionismo”, pero la verdad es que me siento bien.
Quiero transmitiros que yo que me he monitorizado, he buscado Apps, estoy dentro del ensayo clínico, uso habitualmente herramientas telemáticas para acceder a servicios médicos, y en los controles, si el médico no me tiene que tocar es muy cómodo la video-consulta; hay una serie de lecciones aprendidas:
- Yo, como “e-paciente”, cuando he tenido un médico que me ha podido escuchar, dialogar hemos podido llegar a pactos, eso ha sido muy positivo,
- La confianza es todo. Tengo una mayor adherencia a los tratamientos consensuados con mi médico y mi médico confía en que yo los siga.
- No hay que tener miedo a opinar y preguntar. Hay que tener la mente abierta los gestores de mi salud somos operativamente él y yo.
- En los Wereable hay discusión sobre el tema precisión. Pero si esta es de más/menos un 20%, y hay un valor anómalo, ¡contrástalo!
A mi amiga María, médico de familia, le regalaron un Apple Watch. Ella es runner y su reloj detectó una frecuencia alta hacía ejercicio. Repitió la prueba con un Holter y descubrió que tenía la enfermedad Barlow. Se tuvo que someter a una operación abierta durante 3 horas. No despreciaremos wearable y que no dé lectura errónea. Hay que confirmarlo luego con un médico, hay que hacer caso.
Mi percepción: mi condición, mi problema de salud está mucho más controlado desde que estoy monitorizado. Las gráficas y los datos están ahí, al estar monitorizado y poder consultar a mi médico por videoconsulta me facilita la gestión de la enfermedad. Es un valor añadido importante.
Y ¡pon un wearable en tu vida!, quizás te salve la vida y puede ayudarte a que adquieras hábitos saludables.
Otro aspecto más, es que toda la tecnología que he empleado, es tecnología que nos acompaña, nos ayuda, pero la realidad es que, la tecnología que nos ayuda no la tenemos que notar. Si la notamos es que hay un problema de diseño.