Estamos ante un cambio de paradigma y la mhealth puede ser un factor clave en ello. ¿Cuál es su futuro? ¿Cómo ha evolucionado? En la mesa redonda del mHealth BCN Conference participaron los profesionales Dr. Jaime del Barrio, presidente de la Asociación Salud Digital; el Dr. Francesc García-Cuyás, presidente de la Societat Catalana de Salut Digital y director de Transformación Digital del Hospital Sant Joan de Déu; el Dr. Xavier Bayona, director de AQuAS y la Dra. Imma Grau, presidenta de la Fundación iSYS.
La mesa fue moderada por Manuel Armayones, director del Behaviour Design Lab (PSINET) del ehealth Center UOC, que interpeló a cada participante sobre la situación actual de la mHealth.
Dr. Jaime del Barrio, ¿cómo esperamos avanzar en los próximos años en la salud digital?
El abanico de posibilidades es muy grande y aún queda mucho trabajo urgente por hacer. Nuestro modelo sanitario tiene más de 30 años. Es ineficiente y debemos evolucionar y adaptarnos al cambio, pero el cambio no se traduce al añadirle solamente tecnología porque si solo es así, seguirá siendo ineficiente, el cambio vendrá por el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para hacer los cambios estructurales que se precisan.
Por un lado, cada vez se habla más de poner el paciente en el centro de los sistemas sanitarios. Por otro, la tecnología cada vez es más accesible. No obstante, solo adoptaremos aquellos dispositivos que realmente nos resuelvan problemas de salud. Además, los clínicos y los profesionales sanitarios aún tienen una gran resistencia a la salud digital. Pero, son ellos quienes deben liderar este cambio, que tendría que estar ocurriendo ya.
De hecho, según una encuesta de 2019 a los directores de sistemas de los hospitales, reconocían un índice de maduración digital de solo de un 31%. Cuando les preguntaban cuándo se utilizaba la salud digital en la analítica de datos para la toma de decisiones, la cifra inicial bajaba a un 12,8%. Esto indica que se está hablando de salud digital pero no es una realidad. Y el verdadero problema está en que ya no tenemos otros 40 años. La amenaza es real, global, disruptiva y digital. Actualmente, se está intentando establecer una estrategia nacional de salud digital pero aún queda camino por recorrer.
Los 4 factores relevantes para este cambio de modelo son:
- Esperanza de vida y calidad de vida. En los próximos años, las enfermedades crónicas no transmisibles son las que van a condicionar los sistemas sanitarios. Según el propio foro económico mundial (WEF) cifra el impacto global de las enfermedades crónicas en 47.000 billones de dólares en el año 2030. Mientras no seamos conscientes del aumento de las comorbilidades, estaremos contribuyendo a desigualdades. Por eso, preocupa que el crecimiento exponencial de la salud digital pueda llevar a una medicina o atención sanitaria de “ricos y pobres”. Por lo tanto, debemos centrar la atención en torno a que vivimos más años, la calidad de vida y las enfermedades crónicas no transmisibles.
- Eficiencia del capital requerido. Seguimos hablando mucho de necesidad de inyección económica a los sistemas sanitarios. Sin embargo, no debería ser para consolidar la obsolescencia y la ineficiencia del sistema. Según la OMS, un 20-40% de lo que están haciendo actualmente los sistemas sanitarios, como el nuestro, es ineficiente en recursos humanos, materiales y, sobre todo, en procesos. Con lo cual hay que reducir el despilfarro de esta ineficiencia y ser más eficiente modernizando infraestructuras, interoperabilidad, etc. Una vez hecho esto, por supuesto aportar más financiación pública en relación (%) al PIB del país.
- Tecnología. Dentro de 5 años, habrá en el mundo 41.000 millones de dispositivos de Internet de las cosas (IoT). Somos capaces de emitir a través del sensor de dispositivos información en salud, en calidad de vida y esto nos debe ayudar a planificar y organizarnos mejor.
- Centralidad del paciente. Actualmente, el 47% de la población mundial considera que el smartphone va a ser su interfaz con el sistema sanitario en los próximos 10 años. La manera de relación bidireccional con el profesional sanitario es el dispositivo móvil. Al otro lado está el profesional sanitario por eso la importancia de su formación.
Otro punto a destacar en este futuro cercano es el valor y la clasificación de los datos sanitarios, hay muchos, demasiados, que debemos estratificar por su valor. Debemos tener en cuenta dónde se almacenan, cómo preservamos la privacidad, aseguramos la protección y ciberseguridad, quiénes trabajan con ellos y cómo se regulan.
Dra. Grau, cuentas con una gran experiencia y una larga trayectoria en evaluación de apps de salud. ¿Cómo ves la evolución de las aplicaciones móviles y hacia donde crees que van?
Se está viendo una evolución sustancial. En 2014 había una eclosión de apps de salud y poco criterio para valorar su calidad. Por eso decidimos establecer una metodología con ayuda de la CAMFIC para valorar aplicaciones que realmente se pudieran recomendar. Y esto lo hemos ido haciendo anualmente.
¿Qué ha pasado a lo largo del tiempo? Por un lado, ha habido una desaparición del 50% de las aplicaciones que inicialmente seleccionamos. Por otro, más de un 50% de las últimas aplicaciones que estamos viendo ya llevan el distintivo medical device, clase I o clase II. Es decir, cuentan con los prerrequisitos para entrar en los sistemas de reembolso (monetización o modelo de negocio que hasta ahora no se ha llevado a cabo). Además, el informe IQVIA muestra que se están estabilizando los tipos de aplicación actuales. De las 350.000 que hay, de las cuales 90.000 se han hecho este año, unas 250 empiezan a tener posibilidades de monetizarse a través del pago o el copago de los sistemas de salud.
En resumen, creo que empezamos con un mercado muy abierto donde todo el mundo participaba y ahora, se está volviendo más especializado. Tener la fuerza para poder hacer una aplicación que soporte la reglamentación y todo lo necesario para que aquella tecnología sea útil y usable, es más complejo de lo que se creía inicialmente. Por eso, hemos pasado de un principio con mucho ruido y buena voluntad a un mercado más especializado, formal y profesionalizado.
Además, con nuestro score, damos cabida a otro tipo de aplicaciones que ayudan al paciente y a sus asociaciones. Por ejemplo, valoramos apps como "Yo te Cuido Alzheimer", "No me puedo esperar"…
Dr. García Cuyás, ¿cuáles son las principales líneas de trabajo que estáis llevando a cabo en el Hospital Sant Joan de Déu para su transformación e innovación?
El Hospital Sant Joan de Déu es una organización sanitaria médico infantil privada sin ánimo de lucro y concertada con CatSalut.
- Nuestra estrategia es clara. “El hospital líquido” tiene como objetivo avanzar en el cambio organizativo y asistencial del hospital hacia una medicina más proactiva, colaborativa y personalizada, utilizando como palanca de cambio las TIC. Tenemos claro que el niño o niña enfermo debe estar en su domicilio porque es su zona de confort. Por eso, desde el 2009, intentamos que el modelo de atención llegue hasta el domicilio. Es decir, que estén en el hospital el tiempo justo y solo para lo que necesiten. Este es un punto estratégico para que la dirección refuerce el proyecto.
- Nuestros valores son muy claros. Además, nuestros profesionales están dispuestos a colaborar e interactuar con todas nuestras propuestas, lo que nos permite avanzar y co-crear soluciones.
- Además, actualmente, los padres y madres ya son nativos digitales, con un QR en la entrada del quirófano, ya disponían de toda la información necesaria, sin tener que explicarles nada.
- Nuestro tipo de gestión aúna la tecnología y el humanismo, con el acompañamiento a los más vulnerables.
Tenemos algunas debilidades:
- Al ser una organización privada, nuestro acceso a fondos de financiación es más complejo o no podemos acceder a según qué tipo de convocatorias. Con lo cual debemos buscar otras vías.
- Somos una organización monográfica. Por una parte, nos da una ventaja porque estamos muy especializados, pero por otra tenemos menos volumen que otros centros más diversificados. Por ejemplo, estamos intentando introducir la robótica en el entorno quirúrgico. Sin embargo, las grandes empresas de robótica no apuestan por la pediatría. Solo han designado el marcado CE para adultos. Por eso, creo que hay que hacer un replanteamiento de los modelos de certificación de equipos.
Dr. Bayona, ¿en qué está trabajando actualmente AQuAs, la agencia que dirige en el ámbito de la evaluación de las aplicaciones?
AQuAS es una agencia del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya. Es la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña. Su misión es velar por la calidad sanitaria a través de la evaluación de las tecnologías sanitarias (circuitos, fármacos, aparatos, apps, robótica…).
En cuanto a tecnologías vinculadas a la mHealth, aún estamos aprendiendo, ya que evaluar apps y otros dispositivos es un proceso complicado. De momento, hemos evaluado algunos dispositivos y apps, pero sobre todo estamos aprendiendo de Alemania y confiamos en su modelo.
Un modelo que parte de principios muy básicos: si queremos que un dispositivo o una tecnología aporte valor al sistema sanitario, lo primero que hay que hacer es pensar, antes de su salida al mercado, en qué aportará valor: ¿sustituirá algún elemento o lo complementará? A partir de aquí se puede hacer una primera evaluación y una vez ha pasado esta evaluación, sale al mercado y es necesario monitorizarlo (evaluar de forma continua).
Actualmente, podemos acceder a las bases de datos que se generan en el sistema sanitario catalán a través de un mandamiento del Parlament de Catalunya. Y esto nos permite poder hacer evaluaciones en tiempo real de determinados dispositivos que pueden salir al mercado. Además, sobre el papel, nos permite monitorizar a lo largo del tiempo si este dispositivo aporta valor añadido al sistema o no y es a partir de ese momento que las autoridades sanitarias se pueden plantear si vale la pena apostar por la cofinanciación o la financiación de ese dispositivo o tecnología.
En general a todos los ponentes, ¿cuáles son las principales barreras para la salud digital?
Está habiendo un cambio de reglas del juego. Los profesionales sanitarios están en un entorno muy estresante, con mucha carga de trabajo, para ellos, la salud digital es una variable nueva. Por eso, es complicado aliarlos para participar en la experiencia ya de entrada porque hay que contar con ellos. Además, si el beneficio no es inmediato, sino que es más hacia el futuro, lo complica aún más.
Otro punto a destacar es la necesidad percibida. Muchas veces cuando se desarrolla un nuevo elemento no se tienen en cuenta las necesidades reales del mercado y la población. Por no mencionar, la falta de formación y los costes que implica.
Así pues, algunas soluciones para combatir algunas de las principales barreras son:
- Viendo experiencias de éxito en salud digital y difundirlas, promocionarlas.
- Formación
- Obtener valor de los datos:
- Falta de una estructura y gobernanza
- Falta de cambios (seguimos pensando igual que hace 40 años, pero con máquinas)
- Falta de alguna agencia reguladora que preserve la privacidad de los datos de cada ciudadano
Referencias
Fundación iSYS. (24 de febrero de 2022). mHealth BCN Conference 2022: El valor de la mHealth [Video]. Youtube. Extraído de